Materiales:
- Impermeabilizante
- Yeso
- Espátula
- Cepillo
- Fibra metálica
- Cloro
- Pintura
- Tapabocas
Procedimiento:
Lo primero que necesitamos hacer es limpiar la pared y eliminar todo lo que se haya levantado por la humedad. Para eso te servirá la espátula: pasa por toda la parte dañada hasta dejar la pared lisa.
Una vez que quede completamente lisa la pared, antes de poner cualquier recubrimiento, lo ideal es tallar toda esa zona con una fibra metálica y cloro: no olvides este paso, ya que es de suma importancia para deshacernos del hongo que ocasiona todo el lío.
Como siguiente paso, hay que dejar que se seque completamente la pared para posteriormente colocar una capa de impermeabilizante.
Si quieres ahorrarte pasos y materiales, puedes usar un impermeabilizante con color y así quedará terminada la tarea. O bien aplicar un impermeabilizante común y posteriormente la pintura. Si notas que la pared quedó con irregularidades, aplica un poco de yeso para emparejar todo.
Al final da una mano de pintura del mismo tono que el resto de la pared o bien aprovecha para cambiar el decorado de esa habitación y listo.
Recuerda que si descubres alguna mancha de humedad, lo mejor es arreglarla de inmediato, pues fácilmente ésta puede seguir creciendo y afectar no sólo las paredes, sino también los muebles cercanos y peor aún tu salud.